El Heraldo de Chiapas

16 de Octubre del 2004.

Transfiguracion y signo en la obra de Cristina Ruiz


La figura de lo femenino y los colores que invitan a una tarde romántica, son sólo algunas de las sensaciones que nos invade al ver la obra de Cristina Ruiz. Esta maestra del arte, estará en Chiapas
el martes 19 en el Centro Cultural Jaime Sabines para presentar su libro Canto al amor, y a la vez abrir una exposición pictórica y escultórica. Le presentamos el punto de vista de Berta Taracena, crítica
de arte, sobre la obra de Cristina Ruiz.

Por Berta Taracena

En obras recientes Cristina Ruiz subraya su interés por el tema de la figura humana casi siempre la mujer campo que le permite des tacar su talento para dominar el poder expresivo de ese milagro de la existencia que es el cuerpo. Las manos, el rostro, los ojos o la posición de las figuras capaces de comunicar una emoción, objeto de interés y de numerosos estudios en el arte de esta pintora. En estos, como en las pinturas, Cristina Ruiz se vale de diversos y ricos elementos afines a su sensibilidad, entre otros, línea, sombreado, color y tono para plasmar sus ideas, resultando a veces la línea vigorosa y nítida la que ofrece a través de la silueta trazada la imagen que la artista quiere.

Después sé añadirán la sombra y el color a lo delineado y la composición se hará más compleja y significativa, según el ejemplo de obras tan destacadas como “La Luz del amor” y “Soñando contigo” ambas fechas en el 2001. Se trata en el caso de esta serie de figuras femeninas recientes casi siempre desnudas en una temática virginal, por así decirlo si se considera el punto de vista desde el cual se enfoca, ya que Cristina Ruiz emprende nuevas osadías formales no solo con el intento de indagar soluciones ya resueltas en sus primeros años de trabajo sino de conquistar otros valores en su lenguaje expresivo sin perder el carácter personal de intimismo y recogimiento que tanto gusta en sus cuadros y que la hace singular y diferente entre otros artistas.


La Luz del amor



Almas Gemelas

Dueña de una auténtica vocación comprende que el intimismo no es una tendencia que haya agotado su sentido sino un modo de pintar que contiene inagotables e innovadores elementos para su recreación. Para ahondar en sus temas Cristina Ruiz es una artista que ha incursionado en la abstracción, ejercicio seguro y cálculo matemático para comprender mejor la elaboración puramente formal de las figuras y de la composición. Esta práctica valiosa no es únicamente para obedecer modas pasajeras, ya que si se trabaja de manera orgánica puede conducir a una renovación de la forma plástica de ver, como en el caso de Cristina Ruiz. Ya con mayores y más racionales elementos, esta fina artista raigalmente figurativa concluye su periodo abstracto con la enriquecedora aportación de obras como “Locura”, “Imaginación”, “Mar abstracto”. Donde las formas se adelgazan en sus asideros representativos o se convierten en luminosas manchas de color y tono para dar lugar a bien estructuradas composiciones informalistas.


Consecuente con la ruta escogida, obedeciendo su vocación para el estudio y guiada por su talento cromático, el retorno de esta pintora a la figuración no se lleva a cabo de manera brusca sino por un medio por el cual no se desperdician experiencias acumulativas precedentes. Este control de disciplina y recursos explica el particular hechizo de las obras recientes, la figura femenina se torna arquetípica al presentarse como vida orgánica, simple y gloriosa, por medio de ágil afluencia lineal en el movimiento de las curvas con el resultado de gran armonía entre forma y contenido.

Esclavos del amor


Mi plegaria


Por otra parte, la voluptuosidad que acaricia la superficie de los cuerpos y escribe la onda musical de las líneas se presenta invariablemente acompañada de una nostalgia, de una indirecta convicción de que la alegría y el placer son pasajeros, lo que presta y da significado casi filosófico a estas grandes series.

En general, el delicado reconocimiento del misterio del encanto femenino y la reflexión acerca de su gran poder como fuerza que mueve al mundo, se imponen en estas obras recientes. Algunas imágenes exploran, lo femenino dominante, representando a la mujer con fuerte golpe de paso firme en la tierra como un signo de victoria, si bien la artista se inclina en la mayoría de las pinturas por la resurrección de una beldad ideal, fascinante y etérea, que pueda parecer poco menos que imposible en estos tiempos, pero que igualmente puede representar un autorretrato.

En relación al color, la artista emplea a la fecha, menor número de tonos para explorar nuevas posibilidades en este aspecto. Pictóricamente hablando, como ya se sabe, es más valioso agotar las posibilidades de un solo color que usar una variedad limitada de pigmentos. Cristina Ruiz trabaja actualmente en crear acordes dentro de un solo color empleando de preferencia sepias, blancos, ocres, bermellones, dorados y todas las posibilidades de la hoja de oro, basada en la riqueza de su espléndida paleta que le abre de continuo nuevos caminos de experiencia.

Finalmente en el caso de esta artista, no solo los temas de su elección, sino su manera de abordarlos, han sido siempre afirmativos. Cuando ha buscado formas abstractas para sus composiciones, como ya hemos visto brevemente ellas han traducido el más auténtico despliegue de valores plásticos y cuando ha regresado a la figuración, como ahora, condensa asimismo las visiones de mayor plenitud de acuerdo con su experiencia y sensibilidad. En resumen, se trata de asociación de vocación, disciplina, amor a la vida y disfrute de la realidad, que caracteriza el arte de Cristina Ruiz.

"El delicado reconocimiento del misterio del encanto femenino y la reflexión acerca de su gran poder como fuerza que mueve al mundo, se imponen en estas obras recientes".

EN LA OBRA DE CRISTINA RUIZ

BERTA TARACENA

Transfiguración y signo La figura de lo femenino y los colores que invitan a una tarde romántica, son sólo algunas de las sensaciones que nos invade al ver la obra de Cristina Ruiz. Esta maestra del arte, estará en Chiapas el martes 19 en el Centro Cultural Jaime Sabines para presentar su libro Canto al amor, y a la vez abrir una exposición pictórica y escultórica. Le presentamos el punto de vista de Beta Taracena, crítica de arte, sobre la obra de Cristina Ruiz En obras recientes Cristina Ruiz subraya su interés por el tema de la figura humana -casi siempre la mujer- campo que le permite destacar su talento para dominar el poder expresivo de ese milagro de la existencia que es el cuerpo. Las manos, el rostro, los ojos o la posición de las figuras capaces de comunicar una emoción, son objeto de interés y de numerosos estudios en el arte de esta pintora. En estos, como en las pinturas, Cristina Ruiz se vale de diversos y ricos elementos afines a su sensibilidad, entre otros, línea, sombreado, color y tono, para plasmar sus ideas, resultando a veces la línea vigorosa y nítida la que ofrece a través de la silueta trazada la imagen que la artista quiere. Después se añadirán la sombra y el color a lo delineado y la composición se hará más compleja y significativa, según el ejemplo de obras tan destacadas como " La luz del amor " y "Soñando contigo" ambas fechas en el 2001. Se trata en el caso de esta serie de figuras femeninas recientes casi siempre desnudas en una temática virginal, por así decirlo si se considera el punto de vista desde el cual se enfoca, ya que Cristina Ruiz emprende nuevas osadías formales no solo con el intento de indagar soluciones ya resueltas en sus primeros años de trabajo sino de conquistar otros valores en su leguaje expresivo sin perder el carácter personal de intimismo y recogimiento que tanto gusta en sus cuadros y que la hace singular y diferente entre otros artistas. Dueña de una auténtica vocación comprende que el intimismo no es una tendencia que haya agotado su sentido sino un modo de pintar que contiene inagotables e innovadores elementos para su recreación. Para ahondar en sus temas Cristina Ruiz es una artista que ha incursionado en la abstracción, ejercicio seguro y cálculo matemático para comprender mejor la elaboración puramente formal de las figuras y de la composición.

Esta práctica valiosa no es únicamente para obedecer modas pasajeras, ya que si se trabaja de manera orgánica puede conducir a una renovación de la forma plástica de ver, como en el caso de Cristina Ruiz. Ya con mayores y más racionales elementos, esta fina artista raigalmente figurativa concluye su periodo abstracto con la enriquecedora aportación de obras como "Locura" imaginación "Mar abstracto". Donde las formas se adelgazan en sus asideros representativos o se convierten en luminosas manchas de color y tono para dar lugar a bien estructuradas composiciones informalistas. Consecuente con la ruta escogida, obedeciendo su vocación para el estudio y guiada por su talento cromático, el retorno de esta pintora a la figuración no se lleva a cabo de manera brusca sino por un medio por el cual no se desperdician experiencias acumulativas precedentes. Este control de disciplina y recursos explica el particular hechizo de las obras recientes, la figura femenina se torna arquetípica al presentarse como vida orgánica, simple y gloriosa, por medio de ágil afluencia lineal en el movimiento de las curvas con el resultado de gran armonía entre forma y contenido, Por otra parte, la voluptuosidad que acaricia la superficie de los cuerpos y escribe la onda musical de las líneas se presenta invariablemente acompañada de una nostalgia, de una indirecta convicción de que la alegría y el placer son pasajeros, lo que presta y da significado casi filosófico a estas grandes series. En general, el delicado reconocimiento del misterio del encanto femenino y la reflexión acerca de su gran poder como fuerza que mueve al mundo, se imponen en estas obras recientes. Algunas imágenes exploran, lo femenino dominante, representando a la mujer con fuerte golpe de paso firme en la tierra como un signo de victoria, si bien la artista se inclina en la mayoría de las pinturas por la resurrección de una beldad ideal, fascinante y etérea, que pueda parecer poco menos que imposible en estos tiempos, pero que igualmente puede representar un autorretrato. En relación al color, la artista emplea a la fecha, menor número de tonos para explorar nuevas posibilidades en este aspecto. Pictóricamente hablando, como ya se sabe, es más valioso agotar las posibilidades de un solo color que usar una variedad ilimitada de pigmentos. Cristina Ruiz trabaja actualmente en crear acordes dentro de un solo color empleando de preferencia sepias, blancos, ocres, bermellones, dorados y todas las posibilidades de la hoja de oro, basada en la riqueza de su espléndida paleta que le abre de continuo nuevos caminos de experiencia. Finalmente en el caso de esta artista, no solo los temas de su elección, sino su manera de abordarlos, han sido siempre afirmativos. Cuando ha buscado formas abstractas para sus composiciones, como ya hemos visto brevemente ellas han traducido el más auténtico despliegue de valores plásticos y cuando ha regresado a la figuración, como ahora, condensa asimismo las visiones de mayor plenitud de acuerdo con su experiencia y sensibilidad. En resumen, se trata de asociación de vocación, disciplina, amor a la vida y disfrute de la realidad, que caracteriza el arte de Cristina Ruiz. LADILLO 1 'El delicado reconocimiento M misterio M encanto femenino y la reflexión acerca de su gran poder como fuerza que mueve al mundo, se imponen en estas obras recientes LADILLO 2 "...la voluptuosidad que acaricia la superficie de los cuerpos y escribe la onda musical de las líneas se presenta invariablemente acompañada de una nostalgia PIE DE FOTO ALGUNAS imágenes exploran lo femenino dominante, representando a la mujer con fuerte golpe de paso firme en la tierra, como un signo de victoria. PIE DE FOTO CRISTINA Ruiz trabaja actualmente en crear acordes dentro de un solo color ALFONSO DE NUBILLATE Cuando se contemplan las pinturas de Cristina Ruiz el espectador recibe una muy grata sorpresa. Su sensibilidad la lleva a experimentar con el ser en estadios intermedios entre la melancolía y la expresión de lo bello. Cristina Ruiz después de realizar una gran producción pictórica, define su carrera en Europa donde incursiona en técnicas diversas y el modo como puede descifrar los enigmas de la expresión exterior. Le parece más pertinente llegar a la esencia de la existencia y del significado que quedarse en la epidermis lujosa y exquisita de cuerpos de seres deslumbrantes y de doncellas dentro de mieses, selvas verdes y oropeles pálidos. Su obra es realista inventada, es alegoría de lo que tal vez puede existir, pero que no existe en la realidad real. Todo lo que ella pinta esta en la otra realidad, aquella sugerida por Octavio Paz y Javier Villa Urrutia. Cristina Ruiz lleva a la zozobra, la tristeza, los estados anímicos y sus respectivas conclusiones hacia límites de la sensibilidad. Pienso que más que romántica, su obra es nostálgica, sensual, es una explosión del corazón que sublima al ser humano. Sus temas son la belleza, los pensamientos, la espiritualidad, el animismo, la hermosura en lo sensorial y el sentimiento de una hermosa alma generosa y diferente. Su dibujo es apenas perceptible pero es impecable; al igual que el manejo de sus formas, de ciertas perspectivas y su método. El resultado es síntoma de una grandeza que se dice en tono menor y es la más valiosa Cristina Ruiz pintora de verdad". Crítico de arte