El Reforma

Sabado 30 de Julio del 2005.

Cristina Ruiz, La Pintora del amor y Alejandro Vargas, al lado de "Hasta el infinito" escultura movil en bronce 80 x 40 centimetros, una de las cuarenta que se exhiben en el Club de Banqueros en una espectacular exposición que permanecera abierta todavía dos semanas.

LA CRONICA DE NICOLÁS SÁNCHEZ OSORIO.


Cristina Ruiz se autodenomina la "Pintora del Amor". Toda su obra se desarrolla alrededor del tema: las parejas amándose. Fantasías subyugantes de la relación entre el hombre y la mujer. Contactos sutiles apenas sugeridos y que revelan la pasión del amor.

La artista logra enfrentar a su público con la fuerza de su creación. Es una mujer que trabaja unas 10 horas diarias desde hace casi veinte años en su taller del Pedregal, y que además se da tiempo para atender a la perfección a su marido.

Rafael Selvas y Cristina Ruiz hacen una gran pareja. Viajan y pasan largos fines de semana con su hijo en su bella casa de Tequesquitengo, a orilla del gran lago, referencia preferida de todo buen esquiador.





"El Sueño, escultura de Cristina Ruiz en bronce y acrílico de 40x8Ox5O centímetros, en, donde se lee al pie de la obra: "Sueño con mirar por tus ojos, con, ser la mina de tu inspiración, con deshojarme en tus brazos", inicio del verso que inspirado en el mar acompaña a la obra.
Comimos con la pareja el miércoles en el Club de Banqueros, donde la obra está expuesta espléndidamente. Luce y llama poderosamente la atención, dado el espíritu de la colección de obras en su conjunto, bronces, piedra y acrílicos, y en algunos casos, el acrílico y el bronce complementados, lo que hace muy atractiva la propuesta.

Manolo Lozano, gran coleccionista, y quien cada año reedita las obras de grandes creadores con el patrocinio de la centenaria papelería que dirige con sus hermanos, estaba encantado de haber visitado la exposición, igual que cientos que lo han hecho desde su inauguración, hace tres semanas.

Gracias a la museografía de la misma Cristina, las esculturas se encuentran perfectamente exhibidas y muy bien iluminadas, en el salón de exposiciones de la planta baja, contiguo al comedor del primer piso.

Una segunda parte de la exposición, la de los óleos y acrílicos en madera, se exhibe en el tercer piso, un recinto al que se llega por el elevador exterior, desde el que se puede ir admirando cuando uno sube, el patio y la arquitectura de este palacio, el antiguo Colegio de Niñas la sede del Club de Banqueros.

Este elevador panorámico que instaló el arquitecto Ricardo Legorreta cuando se ocupó de la obra de restauración y readaptación del Palacio (finales del siglo 16 y principios del 17), según me explicaba el ingeniero Ricardo Jaime Betanzos, es uno de los pocos elevadores hidráulicos que se han instalado en México, que no son eléctricos, como todos lo que usamos a diario, incluyendo los de los hoteles.